—Por qué con tus encantamientos infernales, me has arrancado a la tranquilidad de mi primera vida... El sol y la luna brillaban para mí sin artificio; me despertaba entre apacibles pensamientos, y al amanecer plegaba mis hojas para hacer mis oraciones. No veía nada de malo, pues mo tenía ojos; no escuchaba nada de malo, pues no tenía oídos; ¡pero me vengaré!Julio Cortázar, Rayuela.
Gracias gracias gracias gracias
No hay comentarios.:
Publicar un comentario