13 febrero 2006

Las papeleras: carta de un argentino

Publico carta de un profesor ARGENTINO Titular de Química Inorgánica, investigador Principal de la CICBA, Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas(INIFTA),Facultad de Ciencias Exactas-UNLP, que ha estado circulando en diarios e internet.

Son soldados de cartón
La mayoría de los argentinos asistimos, en condición de sorprendidos testigos, a la guerra desatada contra la instalación de un par de plantas de producción de pulpa de celulosa en la República Oriental, que ya yerguen sus chimeneas sobre las costas del río Uruguay.
Frente a tal hecho, la actitud de las autoridades, entrerrianas y nacionales, ha conducido la controversia a un punto de incomprensible intransigencia.
La preocupación de los pobladores de Gualeguaychu, sobre la aparición de un gran complejo industrial sobre el paisaje local, es comprensible. Esa presencia podría afectar la industria turística y, desde luego, después de la campaña realizada, sobredimensionando las consecuencias del impacto ambiental, seguramente lo hará. Lo sorprendente es el comportamiento de las autoridades provinciales y nacionales que haciendo gala, aparentemente, de falta de liderazgo y “seguidismo de masas” han llevado el asunto al grado de conflicto internacional.
¿Surge la actitud gubernamental argentina, acaso de una sincera preocupación, casi rousseauniana, por la conservación de la naturaleza?
En nuestro país existen unas 10 plantas de producción de celulosa que vierten sus efluentes al río Paraná provenientes de una producción de no menos de 850.000 toneladas anuales de pulpa de celulosa. Estas empresas: Celulosa Campana y Gral. Bermúdez, Papelera del Plata, Wixel, Campanita, Papel Prensa de San Pedro, Iby en Entre Ríos, Andino sobre Santa Fe, Alto Paraná S.A., Piray y Papel Misionero en Misiones; contaminan el Paraná desde hace años. Celulosa Argentina S.A., en su página web, destaca que desde su fundación en 1929, apuesta al país y su gente. Por aquellos años la preocupación por la contaminación ambiental era un tema desconocido.
La presencia de contaminantes provenientes de la planta de Gral. Bermúdez (compuestos orgánicos clorados) ha sido verificada por Green Peace, según un informe publicado por la organización. Por otra parte, está universalmente probado que, la vieja tecnología aplicada en las plantas argentinas (esencialmente el proceso de blanqueado con gas cloro), es causante de la generación de organoclorados, entre ellos dioxinas de alto grado de toxicidad. Estos productos son arrojados al río desde, al menos, el año 1929. ¿Cómo es posible, entonces, que nuestro gobierno reclame por la posible contaminación que generarían las plantas sobre el Uruguay y al mismo tiempo admita que una decena de empresas argentinas estén contaminando el Paraná y el Rio de la Plata? ¿Cómo es posible que nuestro gobierno reclame al del Uruguay que no construyan las plantas, porque al hacerlo violaría acuerdos internacionales, cuando aquel, a su vez, incumplió acuerdos de provisión de gas que teníamos con Chile, por razones patrióticas? ¡No son el amor por la naturaleza ni el respeto por los tratados internacionales, las musas inspiradoras del comportamiento de nuestras autoridades!.
La provincia de Entre Ríos tiene en su territorio una planta productora de pasta celulósica (Iby, que produce 18.000 TM anuales) y sobre las costas santafecinas del Paraná, frente a la tierra entrerriana hay otras más. Pero, además, esta provincia es una importante productora de madera, de bosques implantados, que destina el 60% de su producción a la elaboración de celulosa y tableros. La vocación ambientalista de su gobernador puede ponerse en tela de juicio, justificadamente.
Sería comprensible la actitud de los políticos municipales que en forma oportunista y por ignorancia (que se empecinan en no subsanar) se suben a la turbulencia irracional. Pero, no se encuentra justificación para el comportamiento del gobernador y de algunos funcionarios nacionales, especialmente, del Ministerio de Relaciones Exteriores.
¿Cómo entender que propulsores del “industrialismo” de las chimeneas se opongan de tal forma, a que el Uruguay lleve a la práctica una política similar? Es probable, que una buena razón fuese que nuestro gobierno estuviera actuando como defensor de la industria “nacional” para que ésta no tuviese la competencia de 1.500.000 toneladas anuales de celulosa, que doblarían la producción nacional, producida por métodos más modernos, aceptados en muchos países (USA, Australia, Chile, algunos países europeos, etc). Mientras la industria “nacional” tiene patente de corso para contaminar y por lo tanto no perder competitividad. ¿Será esta una política de promoción industrial?

La industria del XIX se acomoda al XXI
Entre las ramas de la industria, surgidas hace más de 100 años, que hoy son señaladas por su alto potencial contaminante se incluyen: la refinación de petróleo, la fabricación de sustancias químicas industriales básicas, la industria del cuero, la industria básica del acero y el hierro, la industria de los metales no ferrosos, la industria del papel y la industria editorial, imprentas y conexos.
¿Es posible imaginar como sería la vida hoy sin tales industrias? ¡No habríamos superado la edad de piedra! No habría tractores, ni trenes, ni aviones, ni computadoras, ni medias de nylon, ni libros….¡Sin papel, no tendríamos libros! Viviríamos, eternamente, la vida del buen salvaje. Si las elimináramos hoy, en un solo acto, miles de millones morirían de hambre, de frío, por falta de medicamentos, etc. En un último esfuerzo, imaginemos que pasaría si súbita y mágicamente los metales, los plásticos, los químicos y los papeles se esfumaran. ¿Qué harían los 15 millones de habitantes de Bs. As., si sus casas se derrumbaran, desaparecieran colectivos y camiones, se desvanecieran sus ropas de fibras sintéticas, sus libros,…….?
Exigir con soberbia, intolerancia, gritando como niños consentidos, que las plantas de papel del Uruguay no deben construirse, es cuando menos una “soberana” estupidez.
La actitud correcta surgiría si se comprendiera que el desarrollo es un proceso complejo que reclama imaginación, sensatez, audacia y sabiduría para inducir en la industria los cambios necesarios para un manejo sustentable de la empresa y el ambiente.
Si hay industrias de pasta de celulosa es porque la humanidad consume papel, tampones, filtros, pañales, etc. No se puede caer en la hipocresía de acorralar la industria e importar papel de Finlandia (Alemania) o condenar la producción núcleo-eléctrica (Italia) mientras se importa energía de las plantas nucleares francesas. En este campo, las actitudes ultra-verdes, y su repercusión en la prensa, han conducido a un ambiente antinuclear. Esta es una posición francamente nefasta.
El actual precio del petróleo y su desaparición en un futuro no muy lejano, exigen tener fuentes alternativas de energía. El aprovechamiento de la energía solar o la energía eólica no pueden sustituir la energía térmica. Proclamar esas como alternativas posibles es fruto de la ignorancia. En el momento actual la única alternativa viable es la energía nuclear. En lugar de perseguirla hay que fomentar la investigación y desarrollo, la aplicación de las mejores técnicas de producción y del manejo de los residuos. Una actitud similar debería tenerse con la industria del papel.
Esta referencia a la energía atómica es útil para recordarnos que podríamos ser victimas de acusaciones de contaminación radiativa y hasta de ser posibles causantes de un Chernobyl sudamericano. ¡Quid gladio occidit, gladio occisus erit!..
Quizás, aún es posible recuperar aquella Argentina que parece haber visto alguna vez Rubén Darío. Y, en lugar de gritar a nuestros hermanos uruguayos: ¡Cerrad vuestras fábricas!, podríamos gritar al mundo entero con las palabras del poeta:
¡Argentina!¡Argentina¡Argentina!
El sonoroviento arrebata la gran voz de oro.
Ase la fuerte diestra la bocina,y el pulmón fuerte,
bajo los cristalesdel azul, que han vibrado,
lanza el grito: oid mortales,oíd el grito sagrado.

1 comentario:

josepepedro dijo...

ATENCIÓN:
ARGENTINA TAMBIEN HA INCUMPLIDO LOS CONTRATOS DE SUMINISTRO DE GAS NATURAL CON EL URUGUAY !
URUGUAY CONSTRUYÓ DOS GASODUCTOS DE CONEXIÓN CON ARGENTINA, QUE ESTÁN SECOS !!!